InfoResources News No 3 / 06
(Junio 2006)
Punto esencial
> La UNCCD
se halla en una etapa crítica
Políticas
> La soja transgénica
lleva a un callejón sin salida
> El agua es poder
> La
falta de nutrientes en la agricultura africana
Implementación
> Las semillas no deberían distribuirse indiscriminadamente
> Promoción de asociaciones
de explotación forestal en China
> Evaluación de la sostenibilidad de la producción
agrícola
> Reducción de la pobreza a través de los recursos
hortícolas
> Conservación de la biodiversidad, creencias
y espiritualidad
Investigación
> El tiempo
para el debate se ha terminado
> Fuera de la agricultura: El futuro en las
zonas rurales del
hemisferio sur
Punto esencial
La UNCCD se halla en una etapa crítica
La
pobreza y la falta de fondos para la inversión en sistemas de producción
sostenibles, juntamente con el crecimiento demográfico, los conflictos
y la influencia cada vez mayor de los mercados internacionales, están
aumentando la presión sobre los recursos naturales en las zonas
áridas ecológicamente sensibles. Diez años después
de la aprobación de la Convención de la ONU de Lucha contra
la Desertificación (UNCCD), la quinta parte de la superficie de
la Tierra y un tercio de su población se hallan directamente afectadas
por la persistente desertificación.
La UNCCD da una alta prioridad a la lucha contra la pobreza en las zonas
áridas, para lo cual exige la implementación de abordajes
participativos. Todos los sectores involucrados deben participar en este
esfuerzo, desde las familias de pequeños agricultores y las comunidades
rurales hasta la sociedad en su conjunto y los responsables de las tomas
de decisiones a nivel nacional e internacional.
La UNCCD se halla en una etapa crítica, y el ideal de una cooperación
constructiva a todo nivel sigue lejos de convertirse en realidad. Esta
fue también la opinión de los participantes de una conferencia
internacional sobre “desertificación, hambre y pobreza”,
celebrada en Ginebra. Allí se sostuvo que los países industrializados,
cuyas economías sólo se ven afectadas marginalmente por
la desertificación, acusan a los gobiernos de los países
en desarrollo de no implementar suficientes medidas para combatirla. Por
su parte, los países en desarrollo directamente afectados lamentan
la falta de apoyo de los países industrializados, cuyas agendas
raramente incluyen a la UNCCD. Como consecuencia de esta politización
del debate en el seno de la UNCCD se ha perdido de vista la importancia
de las medidas y su implementación.
En este punto es donde ingresa al debate la publicación de la Agencia
Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). A través
de la presentación de proyectos exitosos, la COSUDE apunta a dar
una mayor importancia a la implementación a nivel local. Sin embargo,
los casos individuales de proyectos locales que hayan tenido resultados
satisfactorios no son suficientes para contrarrestar la desertificación
a mayor escala. Los factores –a menudo externos– que impiden
el uso sostenible de los recursos son demasiado fuertes. Los mismos incluyen,
entre otros, el cambio climático y condiciones económicas
a menudo desventajosas. Además, los precios en baja de los productos
exportables (por ejemplo, el algodón) y la suba de los precios
de los productos de importación (combustibles fósiles, bienes
de consumo y bienes de capital) dejan un estrecho margen de opciones de
acción a los países afectados.
Es difícil hallar un abordaje efectivo para la implementación
de la UNCCD en este contexto, influido por numerosos intereses, los cuales,
en parte, se hallan en conflicto. La mencionada conferencia de Ginebra,
así como la publicación de la COSUDE apuntan a los importantes
desafíos que enfrentan los estados signatarios, la Secretaría
de la UNCCD y los gobiernos de los países afectados, a saber:
- Organizaciones confiables y ampliamente reconocidas deben aunar esfuerzos
e incrementar su tarea de lobby para crear las condiciones necesarias
para el desarrollo sostenible en las zonas áridas.
- Debe intensificarse la cooperación con convenciones afines
(la UNFCCC o la UNCBD), de manera de lograr una acción sinérgica.
- Es necesario diversificar la producción a todo nivel para
reducir los riesgos y crear nuevas oportunidades de generación
de ingresos, sobre todo en los sectores secundario y terciario.
- Debe proporcionarse información y capacitación a los
pequeños agricultores y empresarios y a las comunidades rurales
para que puedan aprovechar las nuevas oportunidades políticas,
económicas y tecnológicas disponibles.
- Las organizaciones civiles deben intervenir cada vez más como
mediadores entre las comunidades rurales y los responsables de la toma
de decisiones a nivel macro.
- Debe brindársele apoyo financiero a la población de
las regiones áridas en el esfuerzo que realizan para lograr un
uso sostenible de los recursos.
Los estados signatarios de la UNCCD deben tomar sus decisiones en conformidad
con tales imperativos y proporcionar los fondos necesarios para cumplir
con su responsabilidad.
Fuentes:
> Coping with drought. Sabine Brüschweiler, Ernst Gabathuler.
Swiss Agency for Development and Cooperation, 2006. 35 p. http://162.23.39.120/dezaweb/ressources/resource_en_91565.pdf
> Desertification, hunger and poverty. International Conference.
Geneva, Switzerland, 11–12 April 2006.
www.sdc.admin.ch/index.php?navID=26466&langID=1&itemID=65102&
La documentación será publicada en Julio 2006. Para mayor
información, comunicarse con: elena.delarosa@iued.unige.ch,
liliane.ortega@deza.admin.ch
> Informe de la Conferencia de las Partes sobre su séptimo
período de sesiones clebrado en Nairobi del 17 al 28 de octubre
de 2005. Convención de Lucha contra la Desertificación.
81 p. www.unccd.int/cop/officialdocs/cop7/pdf/16add1spa.pdf
Políticas
La soja transgénica lleva a un callejón sin salida
Impulsado por la creciente demanda externa de forraje y por incentivos
estatales, el cultivo a gran escala de soja transgénica se está
expandiendo rápidamente en muchos países de Sudamérica.
Los autores de este trabajo advierten acerca de los devastadores efectos
ecológicos y sociales de esta tendencia, tales como la pérdida
de bosques y de otras áreas de valor ecológico como consecuencia
de la expansión de la superficie cultivada –y el consiguiente
desarrollo de una infraestructura de transporte de gran escala. Esta tendencia
se ve acentuada por el crecimiento de otras actividades económicas,
como la industria maderera y la minería, que son atraídas
por esta nueva infraestructura. Otro efecto negativo lo constituye el
hecho de que la introducción de sistemas de cultivo de gran escala
fuerza a los pequeños agricultores y a los sin tierra a emigrar
a zonas que nunca han sido cultivadas, como el Amazonas, o a las ciudades.
Además, la falta de diversificación de la producción
agrícola lleva a que cada vez se tengan que importar más
alimentos, lo cual, a su vez, da lugar a un aumento de los precios de
los mismos.
Según los autores, el cultivo de variedades de soja resistentes
a los herbicidas no es sostenible en absoluto. El herbicida que se debe
utilizar con la soja destruye las bacterias fijadoras de nitrógeno
de las raíces. Además, el aumento de la erosión de
los suelos es causante de una masiva pérdida de nutrientes. Estos
dos problemas llevan a la necesidad, cada vez mayor, de usar fertilizantes.
Al mismo tiempo, el uso continuo de un mismo herbicida va creando gradualmente
una resistencia por parte de las malezas, además de eliminar organismos
beneficiosos.
Fuente: La soja transgénica en América
Latina. Una maquinaria de hambre, deforestación y devastación
socioecológica. Miguel A. Altieri y Walter A. Pengue en: Biodiversidad
47 (GRAIN). Enero 2006. p.14–19. www.grain.org/biodiversidad_files/biodiv47-3.pdf
El agua es poder
“Cuán grande es nuestro pecado si la miseria de nuestros
pobres no es causada por las leyes de la naturaleza sino por nuestras
instituciones.” Charles Darwin
Estas palabras de Darwin siguen teniendo plena vigencia. Hoy, cada vez
más se reconoce el hecho de que la “crisis del agua”
es una consecuencia del fracaso institucional, tanto a nivel local como
nacional e internacional. La legislación y las políticas
de recursos hídricos y las condiciones organizativas en general
son consecuencia de negociaciones políticas. Las posturas idealistas
suponen que los distintos actores participan de manera igualitaria en
los procesos políticos y que tienen el mismo acceso al conocimiento
y a la información. Sin embargo, la realidad de las relaciones
de poder es bien distinta. Las instituciones del sector que han surgido
en las últimas dos décadas han, en realidad, acentuado las
desigualdades, y la situación de los sectores de menores recursos
y marginados ha empeorado.
Un documento de información básica del IV Foro Mundial del
Agua, celebrado en México, sobre “desarrollo institucional
y procesos políticos” sitúa el rol de la distribución
de poder en el centro de los temas a considerar, apuntando así
a alentar un debate en profundidad y a contribuir a combatir la desigualdad
y la pobreza relacionada con el agua.
El segundo Informe de la ONU sobre Desarrollo Mundial de los Recursos
Hídricos también resalta, en su capítulo sobre gestión,
la importancia central del desarrollo institucional y de los aspectos
relacionados con el poder. Luego de un análisis crítico
de las modalidades actuales de gestión en el sector, el informe
sintetiza las mejoras necesarias a llevar a cabo. Entre los aspectos importantes
que se mencionan figura el reconocimiento de los derechos sobre el agua,
pero también la descentralización del control del mismo.
Fuentes:
> Desarrollo Institucional y Procesos Políticos. Perspectivas
Transversales. IV Foro Mundial del Agua. México 2006. pp. 227–254.
www.worldwaterforum4.org.mx/uploads/TBL_DOCS_99_44.pdf
> The Challenges of Governance. In: Water, a shared responsibility.
2nd UN World Water Development Report. UNESCO, World Water Assessment
Programme. 2006. pp 42–85. www.unesco.org/water/wwap/wwdr2/table_contents.shtml
Resumen en español del informe:
http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001444/144409S.pdf
La falta de nutrientes en la agricultura africana
Durante las dos últimas décadas, la seguridad alimentaria
ha sufrido un importante grado de deterioro en África. La población
desnutrida ha aumentado sensiblemente debido al constante crecimiento
demográfico. Esto es lo que señala el Centro Internacional
de Promoción de los Fertilizantes (IFDC) en un informe preparado
para la Cumbre de Fertilizantes de África, el cual se celebró
en junio de 2006.
En la mayoría de los países africanos la agricultura representa
más del 25% del Producto Bruto Interno. Sin embargo, la producción
de alimentos se ve restringida por la fragilidad de los ecosistemas, la
baja fertilidad de los suelos y el escaso uso de nuevos insumos, como
fertilizantes minerales y variedades de cultivos mejoradas. Según
los autores de este informe, la disminución progresiva de la fertilidad
de la tierra, causada por el agotamiento de los nutrientes, es uno de
los factores principales que ocasionan un bajo rendimiento en las cosechas.
Los autores consideran que la gran magnitud del agotamiento de los nutrientes
en muchos países subsaharianos obedece a dos causas principales:
la falta de interés en la conservación de la fertilidad
del suelo a largo plazo por parte de los agricultores que realizan agricultura
migratoria y la ausencia de nutrientes adicionales. El uso racional de
fertilizantes minerales, en conjunto con la aplicación de prácticas
de conservación de suelos adaptadas –pero también
el garantizar la seguridad de los derechos de tenencia de la tierra–
podrían contribuir a mejorar la situación.
Fuente: Agricultural Production and
Soil Nutrient Mining in Africa. Implications for Resource Conservation
and Policy Development. Summary. Julio Henao and Carlos Baanante. IFDC.
March 2006. 13 p. www.rockfound.org/Library/Soil_Nutrient_Mining_in_Africa_Report.pdf
Implementación
Las semillas no deberían distribuirse indiscriminadamente
En situaciones de crisis los agricultores pueden perder sus cosechas
y sus reservas en poco tiempo. Ante tales circunstancias, muchas agencias
de asistencia responden a esta situación distribuyendo semillas
a los productores. Sin embargo, este tipo de ayuda constituye una cuestión
compleja, por lo que una planificación cuidadosa de la misma es
un prerrequisito para su éxito.
Una colección de fichas de datos basados en estudios de casos de
Burundi, Etiopía, Kenia, Malawi, Mozambique, Uganda y Zimbabwe
ofrece útiles lineamientos. Los autores señalan la importancia
de los mercados locales de granos como fuente de abastecimiento de semillas
para la siembra. Asimismo, sostienen que el suministro de ayuda suele
basarse en la suposición errónea de que no hay suficiente
semillas disponibles, cuando lo que en realidad ocurre es que los agricultores
pobres simplemente carecen de los medios para adquirirlas. En tales casos
es aconsejable repartir vales o dinero en efectivo para que éstos
puedan comprarlas. En el caso de la distribución directa de semillas
es importante asegurarse de que las mismas sean de buena calidad y apropiadas
para las condiciones de la región. Otro aspecto importante a tener
en cuenta es la prevención del impacto negativo de la distribución
de semillas sobre la biodiversidad agrícola.
Además de su aporte temático, esta publicación orientada
a la práctica proporciona soporte metodológico para la preparación,
implementación y evaluación de campañas de distribución
de semillas, así como para la evaluación de propuestas de
proyectos.
Fuente: Seed Aid for Seed Security –
Advice for Practitioners. Practice Briefs 1–10. Louise Sperling
and Tom Remington with Jon M. Haugen. International Center for Tropical
Agriculture and Catholic Relief Services. 2006. 51 p. www.ciat.cgiar.org/africa/practice_briefs.htm
Promoción de asociaciones de explotación forestal en China
El 60 por ciento de la población de China (765 millones de personas)
vive en zonas rurales. Las proyecciones señalan que alrededor de
300 millones de personas migrarán a las zonas urbanas durante los
próximos 15 años. Sin embargo, desde 1985, las compañías
establecidas en las áreas rurales han facilitado la migración
local de mano de obra, sentando las bases para la creación de más
de 110 millones de empleos fuera del sector agrícola.
La provincia de Yunnan es una de las más pobres y menos urbanizadas
de China, pero posee la mayor superficie de bosques colectivos del país,
lo cual contribuye al desarrollo económico de la región.
Para asegurar que la gente se quede en la provincia y poder proporcionarle
un medio de vida, las empresas forestales medianas y pequeñas (SMFE)
deben seguir siendo competitivas y cumplir con estrictos requisitos medioambientales.
Es por ello que el gobierno quiere que se creen asociaciones que ayuden
a posicionar a las SMFE en el mercado internacional y que actúen
como intermediarios entre la actual sociedad de mercado socialista y una
sociedad de mercado liberalizado.
Este estudio también analiza las fuentes de tensión que
ocasionan los cambios en normas y estatutos que generan un impacto directo
sobre los actores locales. Además, la mayor colaboración
con las universidades y con Southwest Timber, el principal mercado mayorista
de productos madereros de la región, genera nuevas condiciones
que requieren que las diversas partes involucradas se adapten al cambio.
Fuente: Emerging forest associations
in Yunnan, China. Horst Weyerhaeuser, Shao Wen and Fredrich Kahrl. ICRAF,
IIED, 2006. 31 p. www.iied.org/pubs/pdf/full/13524IIED.pdf
Evaluación de la sostenibilidad de la producción agrícola
El
llamamiento a una producción agrícola sostenible es omnipresente,
pero ¿cómo puede definirse la sostenibilidad en la agricultura?
y ¿cómo puede medirse?
Un simposio organizado por el Foro Internacional de Evaluación
de la Sostenibilidad en la Agricultura (INFASA), creado recientemente,
constituyó una oportunidad para el debate de estos temas para los
expertos en políticas, las organizaciones de agricultores y la
comunidad científica. Las presentaciones expuestas revelaron que
ya existe una gran diversidad de métodos de evaluación de
la sostenibilidad de la producción agrícola, pero que para
que su aplicación práctica tenga éxito es necesario
utilizar algunos pocos indicadores fácilmente comunicables. Estos
deberían ser definidos juntamente con los productores.
Tanto los políticos como las empresas privadas tienen un gran interés
en la existencia de indicadores de sostenibilidad cuantificables, ya que
los mismos pueden servir para evaluar los efectos de las medidas políticas
y proporcionar un argumento de venta convincente. Sin embargo –y
esto es particularmente cierto en el contexto de la cooperación
para el desarrollo– los indicadores no deberían ocasionar
un trabajo adicional a los productores ni una mayor influencia externa
sobre las comunidades locales, sino que deberían ser una herramienta
para la optimización de sus sistemas de producción. Después
de todo, los indicadores no dejan de ser un instrumento. La precondición
básica de la sostenibilidad es la existencia de una amplia perspectiva
intersectorial.
Fuentes:
> International Forum on Assessing Sustainability in Agriculture (INFASA):
www.iisd.org/measure/community/infasa/
> Symposium Presentations. First INFASA Symposium. Zentrum Paul Klee,
Bern, Switzerland. 16 March 2006. www.iisd.org/measure/community/infasa/presentations.asp
> Contact: Fritz Häni, Swiss College of Agriculture: Fritz.Haeni@shl.bfh.ch
Reducción de la pobreza a través de los recursos hortícolas
Desde
la Revolución Verde de la década del '50, la investigación
y los recursos agrícolas se han concentrado en el arroz, el trigo
y el maíz. Sin embargo, la producción hortícola también
se ha desarrollado, aunque sin recibir subsidios ni fomento externo. El
hecho de que la fruta y las hortalizas sean esenciales para una dieta
bien balanceada y saludable ha cambiado progresivamente los hábitos
alimentarios, tanto en el norte como en el sur. El deseo de consumir productos
exóticos o fuera de estación también lleva a un aumento
de la demanda.
Desde el año 2000, los estudios han revelado el importante rol
y el gran potencial de los recursos hortícolas en cuanto a proporcionar
un medio de vida a la población más desfavorecida, sobre
todo a los “pequeños” agricultores. De hecho, la producción
de frutas y hortalizas sería más rentable que la de cereales
en términos de inversión necesaria, tiempo de crecimiento
del cultivo y superficie requerida. Además, la producción
hortícola es generadora de empleo, ya que requiere de dos a cuatro
veces más mano de obra que el cultivo de cereales.
Si bien la investigación agrícola internacional parece estar
interesándose en la horticultura, todavía es necesario convencer
a los círculos políticos y financieros. Además, hay
cuestiones importantes que necesitan ser resueltas, como por ejemplo,
la influencia de los supermercados en el sistema agroalimentario, la necesidad
de diversificar las variedades, el mantenimiento de una producción
estable y la necesidad de proporcionar un marco adecuado para la horticultura
urbana.
Fuente: Horticulture
for poverty alleviation. Katinka Weinberger and Thomas A. Lumpkin. World
Vegetable Center, 2005. 20 p. www.avrdc.org/pdf/WP15.pdf
Conservación de la biodiversidad, creencias y espiritualidad
En
todo el mundo, la conservación y el uso del agua y la tierra han
estado históricamente ligados a la espiritualidad y a la fe. Además,
los lugares naturales “sagrados” probablemente sean la forma
más antigua de hábitat protegido de nuestro planeta.
Actualmente, los lugares sagrados y la tierra –que fueron, en su
momento, utilizados de acuerdo con las reglas religiosas de las comunidades
que allí habitaban– se hallan en peligro debido al colapso
cultural y a las presiones sobre el suelo y los recursos y ni que decir
de la mala gestión. Se trata de una situación en la que
los lugares sagrados siempre pierden, ya que cuando están situados
fuera de zonas protegidas, son ignorados y descuidados, y cuando forman
parte de ellas, se suele descuidar el carácter sagrado y la significación
que estos sitios tienen para la población nativa.
En tal contexto, la creación de estas áreas protegidas y
lograr que reciban el respeto que merecen constituyen un verdadero desafío.
Mientras, por un lado, nadie cuestiona la necesidad de tales áreas
en nuestro planeta, debería prestársele mayor atención
a los intereses y necesidades de las comunidades locales, sobre todo en
lo referente a su relación con los lugares sagrados.
Este estudio y las recomendaciones que contiene (basadas en estudios de
casos) constituye una útil herramienta para quienes emprendan y
estén a cargo de proyectos de conservación de la biodiversidad,
zonas protegidas, reservas y parques naturales.
Fuente: Beyond belief. Nigel Dudley,
Liza Higgins-Zogib, Stephanie Mansourian. WWF, 2005. 143 p.
http://assets.panda.org/downloads/beyondbelief.pdf
Investigación
El tiempo para el debate se ha terminado
El cambio climático es un hecho. Incluso si la humanidad demostrara
ser capaz de detener el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero,
el nivel actual de emisiones daría lugar a un calentamiento sustancial
de la atmósfera y a una elevación del nivel del mar. Esta
es la conclusión a la que arribó el Instituto de Recursos
Mundiales a través de una evaluación de todos los artículos
sobre cambio climático publicados durante el 2005 por revistas
prestigiosas. El estudio examina hallazgos de la investigación
en las cuatro áreas siguientes: Física climática;
ciclo del agua; ecosistemas, tecnologías para mitigar el cambio
climático.
Esta compilación revela claramente que las consecuencias del cambio
climático son cuantificables y dramáticas, ya que se esperan
una pérdida del 11% de la tierra cultivable de todo el mundo y
pérdidas en la producción de cereales en 65 países
en desarrollo.
La biosfera de la Tierra se halla en proceso de adaptación al cambio
climático. ¿Demostrará la humanidad ser también
adaptable?
Fuente: Climate Science 2005:
Major new discoveries. Kelly Levin and Jonathan Pershing. WRI Issue Brief.
World Resources Institute. 2006. 16 p. http://pdf.wri.org/climatescience_2005.pdf
Fuera de la agricultura: El futuro en las zonas rurales del hemisferio
sur
Los medios de subsistencia de la población rural del hemisferio
sur están cambiando. Los mismos se están diversificando
y están siendo menos dependientes de la tierra y la agricultura.
Por ejemplo, las remesas de dinero que envían los emigrados están
jugando un rol cada vez más importante. Las fuerzas que impulsan
tales cambios son la disminución de los rendimientos obtenidos
por los pequeños agricultores, la degradación del medio
ambiente, la creciente escasez de tierras y las nuevas oportunidades de
generación de ingresos fuera de la agricultura. Estos procesos
han causado el surgimiento de una “nueva pobreza”, la cual
afecta a aquellos que no tienen acceso a estas nuevas alternativas.
Una comprensión diferenciada de la pobreza y sus causas posibilita
hallar nuevas respuestas a estos desafíos. Según el autor
de este artículo, el desarrollo sólo podrá contribuir
a reducir la pobreza si se fijan nuevas prioridades. No solamente reformas
agrarias, sino también brindar nueva capacitación; no sólo
apoyo a los pequeños agricultores, sino también la necesidad
de una migración desde el sector agrícola dirigida y la
fusión de parcelas como base de promoción de las empresas
agrícolas. Sin embargo, este abordaje sólo podrá
tener éxito si puede sustentarse en una economía en crecimiento
que brinde oportunidades de ingresos a los migrantes.
Probablemente, debido a sus limitaciones de extensión, este trabajo
no refleja satisfactoriamente las consecuencias sociales, culturales y
ecológicas, de estos cambios. La migración puede causar
la pérdida de redes y valores sociales y culturales, mientras que
la agricultura orientada al mercado puede dar lugar a una mayor degradación
de los recursos naturales si no están dadas las condiciones generales
necesarias.
Fuente: Land, Farming,
Livelihoods, and Poverty: Rethinking the Links in the Rural South. Jonathan
Rigg. In: World Development Vol. 34 No 1. pp 180–202. www.elsevier.com/locate/worlddev
Pedir el artículo en la British Library for Development
Studies: http://blds.ids.ac.uk/blds/docdel.html
(costo aproximado: US$ 15) o comunicarse vía e-mail con Jonathan
D. Rigg: j.d.rigg@durham.ac.uk
|